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miércoles, 23 de marzo de 2016

una nueva estrella

La mañana cuesta levantarse mientras que el desayuno espera en la mesa. Luciano amaba y odiaba la escuela. La amaba porque era ahí donde se encontraba con sus amiguitos y la odiaba porque a la vez que estaban sus amigos estaban todos encerrados en esa celda gris llamada aula.

Las luces opacas del aula centraban su atención a la maestra y al pizarrón que en sus letras y palabras parecían no decir nada. y afuera una llovizna gris perneaba todo y también las hamacas de madera amarillas que de a poco perdían su color.

La aguja  larga goteaba los segundos que faltaban para salir al patio y su largo recorrido daba expectativas de que la lluvia parara a la hora de salir al anhelado recreo.

hasta que tocó el timbre ¡por fin llegó el recreo! todos salieron corriendo por las puertas como si fueran ganado hacia el patio. la llovizna barnizó completamente el patio y el sol salió y todo brillaba.
Luciano se sentó en la hamaca mojada y se puso a pensar si había algo que brillara por sí mismo que no sea el sol y las estrellas. algo que en su poder interno emitiera luz propia que alumbrara a su alrededor. buscó y buscó en su memoria y no encontró nada. de pronto ve a una niña de sala de cinco que lo mira y le sonríe y él sonrió también sin saber por qué. entonces entendió que la sonrisa era algo que brillaba por luz propia e iluminaba a su alrededor por que ¿Quién no le iba a devolver esa sonrisa a esa pequeña? Entonces se dió cuenta que la sonrisa iluminaba todo lo que había a su alrededor así que ¿por qué no después de leer esto sales al mundo con una sonrisa a ver si este te la devuelve?

una nueva estrella

La mañana cuesta levantarse mientras que el desayuno espera en la mesa. Luciano amaba y odiaba la escuela. La amaba porque era ahí donde se encontraba con sus amiguitos y la odiaba porque a la vez que estaban sus amigos estaban todos encerrados en esa celda gris llamada aula.

Las luces opacas del aula centraban su atención a la maestra y al pizarrón que en sus letras y palabras parecían no decir nada. y afuera una llovizna gris perneaba todo y también las hamacas de madera amarillas que de a poco perdían su color.

La aguja  larga goteaba los segundos que faltaban para salir al patio y su largo recorrido daba expectativas de que la lluvia parara a la hora de salir al anhelado recreo.

hasta que tocó el timbre ¡por fin llegó el recreo! todos salieron corriendo por las puertas como si fueran ganado hacia el patio. la llovizna barnizó completamente el patio y el sol salió y todo brillaba.
Luciano se sentó en la hamaca mojada y se puso a pensar si había algo que brillara por sí mismo que no sea el sol y las estrellas. algo que en su poder interno emitiera luz propia que alumbrara a su alrededor. buscó y buscó en su memoria y no encontró nada. de pronto ve a una niña de sala de cinco que lo mira y le sonríe y él sonrió también sin saber por qué. entonces entendió que la sonrisa era algo que brillaba por luz propia e iluminaba a su alrededor por que ¿Quién no le iba a devolver esa sonrisa a esa pequeña? Entonces se dió cuenta que la sonrisa iluminaba todo lo que había a su alrededor así que ¿por qué no después de leer esto sales al mundo con una sonrisa a ver si este te la devuelve?

domingo, 20 de marzo de 2016

La bola de cristal

EL pequeño Matías recibió de regalo una bola de cristal que brillaba mucho. reflejaba todo el entorno en ese pequeña pieza de vidrio. Pero su papá le dijo; "esto es lo que todo el mundo quiere pero nadie lo puede obtener, cuando comprendas eso sabrás que tampoco te pertenece a tí". Esto le llenó de intriga a Matías porque ahora sabía que tenía lo más valioso en sus manos pero ¡Que no le pertenecía y nunca iba a ser de él!
Así que fué al local donde compran y venden cosas valiosas para ver si lo podría vender (ya que no le pertenecía). Había un anciano de unos ochenta y pico con sus lentes gruesos colgando en lla punta de su nariz y lo miró a Matías por encima del lente y le dijo: "¿Qué necesitas pequeño?"
y matías con rostro medio opacado dijo; "Tengo lo más valioso en el mundo, pero no es mío, es deci, este objeto es mío, pero lo que vale y significa nunca me va a pertenecer. así que quiero saber cunto me da usted por esto."
El anciano tomo el objeto, sus pupilas se dilataban mientras tomaba la bola de cristal, sonrió y dijo: "¿Sabes pequeño lo que tienes aquí?"
Matías respondió: " no se exactamente"

Entonces el anciano comenzó a explicarle: "Esto simboliza el mundo en tus manos ya que refleja todo tu entorno cuando lo tomas. el ser humano siempre quiso desde tiempos remotos controlar y tener su entorno en sus manos. por ejemplo en la antigüedad el entorno sería los cultivos y el clima. hoy en día sea tal vez el trabajo, la familia y otras esferas de la vida que el hombre quiere controlar. Matías: tal vez lo que te dijo o quiso decirte tu papá con este regalo es que nunca vas a  tener el control absoluto de tu entorno y por ello no debes perturbarte. Sabes hay dos mundos de cosas; las que dependen de nosotros y las que no. las que dependen de nosotros son por ejemplo nuestras opiniones, acciones, pensamientos, etc. las que no dependen de nosotros son nuestro cuerpo y nuestro entorno. Tal vez lo que te quiso trasmitir tu padre es que no te preocupes
ni gastes energía tratando de controlar aquellas cosas que escapan a tu control y te centres en las cosas que sí puedes controlar". el niño quedó perplejo y admirado por la enseñanza. Y guardó la bola en su estante como recordatorio de la enseñanza